Catalunya: ¿la solución el referéndum?
La masacre perpetrada
en Paris el pasado 13-M, los posteriores acontecimientos en Francia, Bélgica, Mali o Túnez, más los tambores de guerra que
resuenan de nuevo por Occidente recordando un pasado que creíamos no volver a
repetir, han producido un efecto de sordina social sobre el que considerábamos
iba a ser el tema estrella de la campaña electoral: Catalunya y su crisis, o
mejor dicho la crisis en las relaciones centro-periferia.
Lamentablemente ambas,
Catalunya, la violencia yihadista y sus consecuencias posteriores, están
produciendo un tsunami social que amenaza seriamente las posibilidades de
cambio que en este país se vislumbraba hace apenas tres meses. Ahora las
encuestas señalan un repunte en el voto de la derecha, PP y Ciudadanos y la
caída en picado de la izquierda, PSOE, Podemos, IU. Complicado panorama tenemos
ya que de confirmarse este viraje estratégico del electorado, nos enfrentamos a
una crisis sin precedentes en esas relaciones centro-periferia y probablemente
vernos inmersos de nuevo en una guerra como la de Iraq, ahora en Siria.
Pero vayamos por
partes. Aunque la situación de Catalunya haya estado alejada de los focos
informativos sigue siendo un hervidero de noticias, de movimientos a un lado y
otro de las trincheras. Las tensiones continúan, más allá de que en una
situación tan volátil como la actual, con una sociedad tan voluble y
manipulable, la relación entre partidarios de la independencia y contrarios haya
ido cambiando a favor de los segundos.
Ayuda el desconcierto
provocado entre las filas del SÍ, debido fundamentalmente a que a dos meses de
las elecciones autonómicas aún no han sido capaces de ponerse de acuerdo sobre
quién será el próximo President y ahí andan aún con un gobierno provisional, lo
que provoca un mayor deterioro si cabe de la situación de su sanidad,
educación, o servicios básicos sociales, en estos instantes bajo mínimos.
Las contradicciones
generadas entre Junts pel Sí y la CUP, sobre si Artur Mas es el timonel más
adecuado para llevar su nave al buen puerto de la independencia, amenazan con
enquistarse. Los primeros con atisbos aún no públicos de un sector que
comienzan a pensar que no, los segundos ante la disyuntiva de cambiar su papel
coherente actual considerando que quien ha destrozado el Estado de Bienestar en
Catalunya y que preside un gobierno impregnado de corrupción y corruptela hasta
las cachas no parece el más adecuado para hacerlo.
Los actuales dirigentes
de la CUP en estos momentos no se saben muy bien si van o vienen. Tan pronto se
muestran contundentes (la durísima campaña de su rama juvenil Arran “¡Hasta
nunca Mas!” así lo indica), como dudan. Unos días dejan la decisión en sus
bases y al siguiente cambian radicalmente. Buscan soluciones intermedias imposibles
de asumir por su base social, desde un gobierno con responsabilidades
compartidas, con un Consell de Presidencia colegiado (como si precisamente de
eso se trata en cualquier gobierno que se precie), buscando chalecos salvavidas
en la refundación de CDC.
Porque se asustan ante
la posibilidad de unas nuevas elecciones que puedan suponer una rebaja drástica
de los apoyos independentistas, intentan vender que lo importante es no poner
en peligro el proceso hacia la independencia. Patético, decepcionante.
A pesar de esta crisis
en los partidos independentistas conviene no olvidar que aún una parte
importante de la sociedad catalana cercana al 50 %, por encima de sus errores y
veleidades, sigue encontrándose incómoda en la España actual, buscando la
salida a esa incomodidad con su apoyo a una hipotética independencia, aunque
cada vez con un mayor temor a sus consecuencias y desde luego con el recelo que
provoca hacerlo de manera unilateral.
La perspectiva de un
cambio que pasara por un gobierno progresista de PSOE y Podemos hacía prever la
posibilidad de una salida dialogada a la crisis. En el PSOE algunos movimientos
apuntaban a la necesidad de resolver de una vez por todas las tensiones
centro-periferia heredadas desde la transición y aún no resueltas.
Incluso el candidato a
la Secretaría General apoyado por la izquierda del partido organizada alrededor
de Izquierda Socialista, proponía hacerlo desde una profunda reforma
constitucional. Abrir un proceso constituyente que condujera nuestro país a un
Estado Federal Plurinacional, una inmensa “Casa común” en la que todas y todos,
incluidos vascos y catalanes, se sintieran cómodos. También con un nuevo pacto
fiscal que tuviera en cuenta la demandas que vienen de Catalunya y desde luego recogiendo su solicitud, esta
sí absolutamente mayoritaria, de reconocimiento del derecho a decidir.
Esa propuesta hace
apenas tres meses parecía que podía abrir una senda al acuerdo. Ahora es
absolutamente inviable dado que el panorama electoral ha variado
sustancialmente, dando un vuelco en detrimento de las opciones de la izquierda
y favoreciendo claramente las de la derecha.
Qué pasará a partir del
20-D si como parece probable el próximo gobierno pasa por un entendimiento
entre PP y Ciudadanos es difícil de prever, aunque desde luego lo más probable
es que se incrementen las tensiones con Catalunya y probablemente a medio plazo
también con Euskadi. Eso hará favorecer un incremento de las opciones
independentistas en ambos territorios, que pueden llevar esas tensiones a
límites intolerables para el Estado.
Una Catalunya con un 60
o 70 % de partidarios de la independencia es muy difícil de controlar, aunque
exista un gobierno absolutamente contrario a ella en Madrid. La crisis puede
tener consecuencias imprevisibles, aunque no resultaría extraño intuir que en
algún instante el sentido común acabe imponiéndose en ambas partes y se acabe
por buscar soluciones viables que satisfagan las dos opciones.
Cabe recordar que los
referéndums en Escocia o Quebec se han realizado con gobiernos conservadores en
Inglaterra y Canadá, ambos de manera negociada, pactada.
Ahí está la clave, que
pueda producirse la contradicción de que con un gobierno conservador en España
que lleve la situación al límite, que no acepte ninguna posición intermedia
negociada, pueda resultar más factible la posibilidad de realizar esa consulta.
Aunque al igual que en Escocia y Quebec la pregunta sea impuesta por el estado
matriz y desde luego tendrá una claridad superior a la planteada en la consulta
de Catalunya del 9-N 2014.
Un referéndum pactado
con un gobierno de derechas en España después de un proceso de tensión largo y
doloroso para la población catalana, con una campaña agresiva, aquí y en Europa
sobre las consecuencias que se deriven de la respuesta positiva, con los
poderes económicos cada día más contrarios tiene todas las papeletas para
resultar favorable a las tesis contrarias a la secesión y por tanto más
probabilidades de ser asumido por un Estado que sabe que lo ganará.
Es la táctica de
desgaste por inanición que habitualmente emplea Rajoy con los problemas que no
sabe cómo resolver. Esperar inactivo pacientemente hasta que el contrincante
queda agotado y dispuesto al sacrificio.
Decía Alfonso Guerra
que “cuando el enemigo se equivoca hay que dejarle hacer”. O reinterpretando
esa reflexión, que cuando lo que estás haciendo beneficia a tu enemigo es que
te estás equivocando y debes rectificar.
El pulso
independentista provocado por Artur Mas, su gobierno con el apoyo de las
fuerzas independentistas, han fortalecido a Rajoy, PP y Ciudadanos y han roto
en mil pedazos la posibilidad de acuerdo con un gobierno más favorable en
Madrid de la izquierda de PSOE y Podemos. Además de crear tensiones entre sus
hipotéticos socios y alejar a posibles aliados. Para ese viaje no se
necesitaban alforjas.
Se adivina un negro
panorama a partir del 20-D, en este tema, en el de la manera de salir de la
crisis e incluso en el bélico que invade Europa. Habrá que resistir,
maldiciendo a quienes con su empecinamiento han conseguido fortalecer a
nuestros enemigos imposibilitando la deseada opción de
cambio. Cuatro años más de gobierno de la derecha pueden resultar muy dolorosos
para las capas populares de la población y mucho más para las más
desfavorecidas. Gracias Más y acólitos por vuestra ingente labor….
Fdo.: José Luis Úriz
Iglesias (Afiliado al PSC viviendo en Navarra)
Villava-Atarrabia 26
Noviembre 2015
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