Del “final de ETA” a “Billy el niño” y Catalunya

Artículo publicado en PUBLICOSCOPIA el 29 Septiembre 2015

Compleja semana la pasada. Primero la detención de lo que muchos consideran la penúltima cúpula de ETA, David Plá e Iratxe Sorzábal, aunque ya se sabe que es una serpiente de siete cabezas que cuando se le corta una aún le quedan seis, aunque por los tiempos que pasa más bien parece que son bastantes menos. Después el reportaje de La Sexta descubriendo al escurridizo torturador franquista “Billy el niño”. Su imagen corriendo cobardemente delante del periodista y el cámara indica que un cruel psicópata no es nada cuando se le quita el poder de hacer lo que desees con sus víctimas. Para culminar las elecciones del domingo en Catalunya que dan para muchas interpretaciones.

Comenzando por el principio me resulta agotador leer a quienes desconocen del conflicto en primera línea de fuego, a quienes han vivido siempre alejados de esta realidad pontificar como si fueran expertos. Comenzando por un Ministro del Interior que lleva años empeñado en que ETA no acabe de desaparecer porque entiende de manera deleznable que les da rentabilidad electoral en momentos complicados para ellos como éste.

Lo lamento y lo repudio desde quien luchó contra ellos cuerpo a cuerpo pero también construyó junto con otros en ambas orilla puentes por los que comunicarnos, porque hace mucho tiempo ya que no deberían existir estas noticias. ETA culminó su derrota (antes con la actuación de cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, judicial y colaboración internacional) cuando desde dentro sus gentes se sublevaron y lo político venció a lo militar a través de la alternativa Bateragune, propuesta valientemente por un Arnaldo Otegi y otros que llevan más de cinco años en la cárcel por ello. En lugar de premiarles les castigamos, cojonudo.

Pero el PP que nos deja dos temas fundamentales sin resolver, la paz definitiva y las tensiones centro-periferia, se ha empeñado en torpedear las soluciones de ambas durante cuatro años en el gobierno. El próximo, el que salga de las urnas de Diciembre, que será seguro de izquierdas, deberá resolverlo y lo hará.
Después el reportaje de La Sexta del pasado viernes sobre el final del franquismo  me levantó ampollas ya cicatrizadas sobre esa etapa que viví en vivo y en directo. A veces se tiene la sensación que existe entre los sectores más dinámicos y activos de la izquierda memoria sobre lo ocurrido tras el final de la guerra pero olvidan esa otra etapa entre cruel y apasionante que va de 1965 a 1975. Una etapa en la que tipejos como este o Conesa y Yagüe campaban a sus anchas protegidos por el régimen.

Los que vivimos aquellos años en la primera línea del frente contra el franquismo lo sabemos, pero ver a ese canalla, “Billy el niño” que me interrogó en dos ocasiones de manera tan cruel, observar su cara desencajada pero esta vez con un rictus cobarde y no de torturador psicópata sin control, con poder sobre quienes caíamos en sus garras, me produjo sensaciones contrapuestas. Antes de nada felicitar a La Sexta por su gran trabajo de investigación. Ya tenemos su cara descubierta y no oculta tras un casco de moto como la última vez, sabemos dónde vive, por donde pasea y no lo digo con tono amenazante.

Sensaciones diversas porque por un lado veía el reportaje con la satisfacción de que al menos la justicia se manifestara con el patetismo de esa cobarde huida, pero con desconsuelo porque se haya ido coloquialmente “de rositas” después de tantos y tantos crímenes. Porque crímenes son las torturas físicas y morales que nos infringió a centenares de luchadores anti franquistas.
Triste porque el reportaje apenas tuvo eco informativo y mucho menos en  las gentes de la izquierda incluidos sus partidos políticos, en especial el mío, el PSOE que huye de este tema como el gato escaldado del agua hirviendo. Incluso en esa izquierda abertzale que pide solidaridad y algunos se la damos, cuando se trata de sus torturados pero mira para otro lado cuando se trata de otros.

Indignación, tristeza y el deseo de seguir presionando para que el próximo gobierno tenga la valentía al menos de sentarle en un banquillo, aunque sea para luego decir que han prescrito sus crímenes, pero reconociendo que existieron y así resarcir la memoria de sus víctimas. Seguiré luchando, seguiremos luchando para que se haga justicia.

Pero también el reportaje trajo a mi memoria aquellos días, aquellas sensaciones de indefensión, porque él ya se encargaba de recordarte que allí en la tétrica DGS (algún día habrá que hacer algún reconocimiento a las víctimas que pasamos por allí) no eras nadie, que él podía hacerte de todo sin que nada ocurriera, que estabas en sus manos solo e indefenso. Lo terrible es que era así, entonces no había abogados presionando, ni manifestaciones populares pidiendo tu liberación, ni la solidaridad de tu pueblo, simplemente no eras nada, no existías para el resto de la humanidad.

Pero ignoraba y eso le violentaba, que teníamos ideales, camaradas que proteger y que resistimos, resistimos al límite a sus torturas porque de que aguantáramos dependía la seguridad de esos camaradas y la estructura de los partidos y sindicatos que luchábamos entonces contra el fascismo que él representaba. Sentías su rabia al no poder doblegarte, su impotencia ante nuestra firmeza ideológica. Fracasó en su intento y logramos derrotarles aunque no capturarles.

Recuerdo sus ojos saltones inyectados en sangre recordándome que me haría como a Ruano, que me tiraría por la ventana señalando que intentaba fugarme, recuerdo su cuerpo pequeño intentando aparentar que era grande cuando era un sapo, recuerdo todo aunque durante años haya intentado guardarlo en lo más profundo de la memoria. Verlo en el reportaje hurgó en esa memoria y sacó de nuevo esas sensaciones esos sentimientos, esos instantes y al mismo tiempo esas ganas de lucha, al menos para que no se olvide.
Llegamos al último y más reciente tema, las elecciones en Catalunya del pasado domingo. Lo más reseñable es que la altísima participación, record histórico, obliga a aceptarlo y reflexionar sobre ellas con la máxima responsabilidad. La ciudadanía catalana ha cumplido, ha respondido a una cita histórica con una participación histórica.

Ha habido ya y habrá en el futuro interpretaciones para todos los gustos pero lo que resulta evidente es que en lo referente a partidos ganan Cs y CUP la primera especialmente, salva los muebles PSC que se veía desaparecido hace apenas unos meses y pierden CDC, ERC, Unió, Podemos y PP. Pero el que más pierde es Artur Mas y Mariano Rajoy que han originado todo este lío el primero para hacer perder apoyo a sus tesis independentistas que pasan de 74 a 72 escaños con menos porcentaje de votos e incluso depende de una fuerza radical como CUP para poder gobernar. Un crack este Mas.

Pero lo peor es la situación a la que ambos han llevado a la sociedad catalana quebrándola por la mitad y consiguiendo transformar un lugar ejemplar de diálogo, de integración, de convivencia en otro de crispación y desencuentro.

Mucho deberá trabajar el nuevo gobierno, el de allí y el de aquí en Diciembre para calmar esas aguas ahora turbulentas creando puentes y espacios de comunicación.

¿Qué hacer? Como preguntaba Lenin. La solución pasa por esa negociación con cuatro patas: reconocimiento del derecho a decidir, abrir un proceso constituyente que nos lleve a un Estado Federal Plurinacional, explorar e impulsar la Euro región y un nuevo pacto fiscal que equipare Catalunya a Navarra y Euskadi. Pero eso da para otra reflexión.

Aún estamos a tiempo, para mañana será ya tarde.

Fdo.: José Luis Úriz Iglesias (Afiliado al PSC viviendo en Navarra)

Villava-Atarrabia 28 Septiembre 2015




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