Julio, el mes negro de la democracia


Artículo publicado en PUBLICOSCOPIA el 7 Julio 2015

Escribo este artículo a unas horas del cohete de San Fermín 2015 y aunque esté ya impregnado por la fiesta la sensación de indignación y frustración política sigue latente. Cuando ustedes lo lean, esas maravillosas fiestas estarán rodando en su día grande, el 7 de Julio.

Pero el pasado día 1 de Julio justo en el comienzo de este tórrido mes de 2015, se consumaba el mayor ataque las libertades en este país desde la democracia. La denominado Ley Mordaza, más la reforma del Código Penal que introduce la cadena perpetua, perdón la prisión permanente revisable daban un golpe mortal al estado de Derecho en nuestro país, el franquismo volvía de nuevo.

Nadie hasta ahora se había atrevido a cruzar esa delgada línea roja que separa a las democracias de los regímenes autoritarios, a la libertad del fascismo, ni siquiera Aznar en sus mejores tiempos. Rajoy lo ha hecho al final de legislatura de una terrible mayoría absoluta donde ha desmantelado el Estado de Bienestar y ahora el de las libertades y derechos.

La ley mordaza hace prevalecer el principio de peligrosidad sobre el de culpabilidad, elimina el paso por los juzgados de algunos delitos siendo el Gobierno, a través de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, quien se encarga directamente y discrecionalmente de su represión.

Para el magistrado Joaquim Bosch, portavoz de Jueces para la Democracia, lo más grave reside en el propio concepto: “no es una ley de seguridad ciudadana, sino de seguridad del Gobierno ante las protestas ciudadanas”. En su opinión, esta norma consagra al ciudadano como “el enemigo” y expresa su preocupación, porque el Gobierno convierte en multas administrativas lo que antes se sometía al control inmediato del juez de guardia.
Resulta un absoluto desatino que sea punible y castigables actos pacíficos como manifestarse junto al Congreso y el Senado, fotografiar a policías, parar un desahucio, protestar en las alturas, o la resistencia pacífica y las sentadas
La pregunta es: ¿conseguirán convertir nuestro país en una inmensa cárcel, en un estado policial?

Esa parece su intención, crear un clima de miedo e indefensión que consiga parar la ola de protestas, de denuncias contra una situación injusta que están sufriendo en especial las clases más vulnerables.

No parece extraño de un gobierno en el que una de sus ministras acaba de declarar que “las urnas son muy peligrosas” claro indicio de su añoranza de una dictadura afortunadamente superada.

Pero lo más doloroso para las gentes de izquierdas que nos indignamos antes este brutal ataque, es el silencio cobarde y cómplice de muchos partidos de la izquierda que traicionado los principios básicos que deben defender, se pliegan mansamente al poder de una derecha crecida.

En mi época mi generación en pleno franquismo se habría echado a la calle liderada por nuestros dirigentes llenando las barricadas. Ahora apenas unas minoritarias protestas nutridas precisamente de gentes mayores de 60 años. Qué pena…

Pero no solo Julio nos traía esa negra noticia para una izquierda derrotada, también lo que sucedía en Grecia ponía en cuestión, agudizaba nuestras contradicciones.

La intolerable agresión que está sufriendo un digno pueblo griego, sus valientes dirigentes, casi en absoluta soledad cuestiona el papel de la izquierda europea en la última década.

Ningún dirigente de esa izquierda, desde Hollande a Renzi, o en España Pedro Sánchez ha defendido a Tsipras, ni el PSF, el PD o el PSOE a Syriza, abandonándoles cobardemente a su suerte. Una vergüenza observar esa absoluta sumisión a la troika, esa rendición a los poderes financieros de una izquierda incapaz de asumir su papel histórico. De una izquierda que traiciona sus principios. Me avergüenza especialmente la posición de un PSOE alineado de manera indigna con el PP en el que su deriva provoca la salida en masa de sus cuadros de izquierda.

Es probable que Tsipras y Syriza sucumban en el intento como lo hizo Leonidas y sus 300 espartanos ante el poderoso ejército persa de Jerjes, pero quizás como él permitan con su valentía debilitarlo para como ocurrió hace 2.500 años derrotarles en Platea.
Lo que resulta evidente es que o la izquierda europea extrae de esta dramática situación una histórica reflexión, que le lleve a darse cuenta que en un mundo global, con una derecha política y especialmente económica que agrede de manera global, se defiende de la misma manera, o su futuro es muy negro.

Esa izquierda europea está dejando sola, abandonada a su suerte a la izquierda griega, pero debe ser la última vez. Esa traición no debe repetirse y se deben poner en marcha con urgencia iniciativa para evitar esta patética imagen en el futuro.

Ahora el pasado domingo la ciudadanía griega ha votado muy mayoritariamente contra esa agresión y ese NO se convierte en un acto de dignidad y valentía del que toda la izquierda debe aprender. Ver esa dignidad plasmada en los miles de ciudadanos que llenaron la Plaza del Parlamento de Atenas produce orgullo y envidia.

Grecia, su pueblo, su izquierda es hoy España, Irlanda, Italia, Portugal, pero también de alguna manera Francia, Inglaterra, Holanda, e incluso Alemania aunque aún no se hayan enterado.

Julio negro, para las clases populares españolas y europeas, pero aún nos queda esperanza.

Fdo.: José Luis Úriz Iglesias (Afiliado al PSC viviendo en Navarra)

Villava-Atarrabia 6 Julio 2014






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