El final de un tramo del camino (PSOE e Izquierda Socialista)


Publicado Diario de Noticias de Navarra el 24 Junio 2015

El largo camino por la vida se compone de diferentes trayectos, incluso cada uno de ellos tiene paisajes diferentes dependiendo si los miras con los ojos del trabajo, de las relaciones de amistad, de la política, la familia o el amor. Es como si al caminar tuvieses diferentes lugares a los que mirar cada uno de ellos con vistas diferentes.
El último tramo de la visión política ha sido por un estrechísimo sendero a cuya derecha tenía una pared de roca y a la izquierda un profundo y agreste barranco. 

Transitar por él ha resultado extremadamente difícil, aunque la experiencia me ha hecho sortear los innumerables obstáculos que he encontrado. Pero ese angosto y peligroso camino llegaba ayer a su fin al llegar a un tramo dinamitado por la mano suicida de los insensatos que dirigen mi partido, aquí y allí. Resulta absolutamente imposible seguir por él, sólo ha quedado un montón de rocas y un profundo olor a pólvora quemada.

¿Qué se puede hacer? Entender el mensaje y buscar nuevas veredas que al menos permitan ser recorridas. ¿Ha merecido la pena el esfuerzo? Quizás, pero ver las numerosas heridas provocadas por la persistencia ilógica de un viejo roquero, al menos incita a la duda. Cuando algo resulta imposible, ni la fuerza de la razón lo hace asequible. Tampoco la perseverancia, ni siquiera esa especie de locura quijotesca que a veces sientes que te invade y que te lanza en búsqueda de la utopía.

No me quieren en el PSOE, me lo han dicho por activa y pasiva y no he querido escucharlo, hasta ayer cuando he entendido que van a emplear cualquier método legal o ilegal, moral o inmoral para sacarme del camino y despeñarme ladera abajo. No quieren a gentes que piensen como yo, a peligrosos radicales que les recuerda lo que ellas y ellos debieran ser: de izquierdas, republicanos, laicos, federalistas, respetuosos con el derecho a decidir, con el resto de las izquierdas, iconoclasta, rebeldes incluso revolucionario.

Les asusta gentes así e intentan cualquier movimiento para evitar que estén en sus filas, incluso inmoralidades como apretar una tecla del ordenador para borrarte como afiliado, a pesar de que en el otro partido hermano, el PSC que tiene una base de datos no modificada, sigas existiendo. Pretenden simplemente borrarte del mapa y hay veces como ayer que lo consiguen.

¿Vale la pena insistir? Si existe colaboración de quienes consideras de los tuyos sí, cuando la solidaridad te arropa puedes continuar la lucha, continuar el camino, pero en la profunda soledad en la que me encontré ayer, no, no merece la pena. Porque duele, duele profundamente verte ahí tan solo, observando como si de una mala película se tratara, que lo que debiera ser una corriente alternativa, crítica, confrontadora de ideas, se convierte poco a poco en una sumisa variante de lo mismo.

Ayer mi gente no dio la talla acoquinada por el poder establecido, hasta el límite intolerable de tapar mi voz, de anularla donde debiera ser el sancta sanctorum de la libertad de expresión. Eso; no poder expresarme, fue lo más doloroso y ahí entendí de manera definitiva el mensaje: no te quieren en el PSOE y tampoco en Izquierda Socialista del PSOE que debiera ser una corriente crítica y alternativa. Eres  molesto, porque tu voz, tus tesis, tu ideología quizás abra profundas contradicciones en un partido que aún le falta una transformación profunda.

Acepté entre resignado, aburrido y profundamente decepcionado esa dolorosa posición de sumisión. Les miré con una profunda pena, porque me daba cuenta que el poderoso tigre orgulloso de antaño había sido domesticado hasta convertirse en un indefenso gatito. Qué pena pensé mientras veía pasar a mí alrededor ambiciones desmesuradas, mediocridades, cobardías y alguna traición.

Hubo excepciones honrosas, gestos sinceros de solidaridad (hubo otras eso sí fingidas, para quedar bien), gentes que demostraban que no estaban de acuerdo con lo que estaba ocurriendo y me trasladaban su cariño y apoyo. A ellas y ellos y saben perfectamente a quienes me refiero, mi profundo agradecimiento y cariño. Gracias, gracies, eskerrik asko, porque de todas esas nacionalidades los y las hubo. En los momentos difíciles es cuando más se valoran esos gestos.

¿Ahora qué? Ahora reflexionar, a darle una vuelta a lo ocurrido y desde luego seguir la lucha pero en otro lugar donde realmente acepten mi presencia. He pedido un certificado de que efectivamente continúo siendo afiliado del PSC, lo que por cierto demostraría de manera evidente el montaje ilegítimo de ayer, la insensatez de alguno. Si es así mi intención es, al menos de momento, seguir en esa militancia, ya veremos qué me depara el próximo tramo de camino.

Hoy amanece un día radiante, toca relajarse, curarse las profundas heridas y recuperar fuerzas para continuar una lucha que acabará cuando acabe mi vida.


Viva la libertad, viva el socialismo, viva la solidaridad, viva la lucha, viva la unidad de la izquierda!




Comentarios

  1. Te entiendo perfectamente, he pasado congreso, asambleas, actos en los que nadie me veía los más cercanos por miedo y los poderosos para hacer evidente que no me querían allí. Pues sigo aquí conservando mi libertad de decir en cada momento lo que pienso y también he comprendido que solo unas/unos cuantos gilipollas hemos creído que estábamos en el partido para transformar la sociedad, la mayoría jamás lo han creído y, amigo, se les nota.

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