Jordi Ébole, Iñaki Rekarte, valentía, diálogo, reconciliación...paz.
Tuve ayer el inmenso
placer de ver uno de esos programas que te reconcilian con la “caja tonta”. El
reportaje de Salvados con el ex etarra Iñaki Rekarte fue un ejemplo de buen
periodismo, de tratar un tema complejo con cuidado, incluso mimo, pero al mismo
tiempo con mucha valentía.
Ébole utilizó las
pausas, los momentos de tenso silencio de manera magistral, no siempre hay que
lanzar las preguntas con prisa sino que a veces y él lo hizo, esos silencios
son también respuestas esclarecedoras.
Es uno de esos
reportajes que te hacen meditar, volver la vista atrás hacia instantes próximos
pero que parecen tan lejanos. Escuchar a Rekarte te retrotraen a las épocas de plomo
y fuego afortunadamente hoy superadas, cuando el odio invadía ambas trincheras
y la sinrazón llevaba a una parte de la sociedad vasca y navarra, de su
juventud a lugares intransitables y sin salida.
Te hace darte cuenta qué
cantidad de salvajadas se hicieron por ambas partes, aunque lo más grave
resulta ser que una de ellas tenía la responsabilidad de llevar adelante el
imperio de la ley infringiéndola porque el acto más deleznable del ser humano
es la tortura y la otra asesinara a
centenares de personas, con miles de heridos y extorsión, acoso, sufrimiento.
A los asesinos de ETA ya les hemos condenado mil
veces, a sus palmeros también, pero escuchar situaciones
que ya conoces sobre que en este país se ha ejercido esa tortura de manera
sistemática y además que incluso se ha dado en momentos de gobierno de la
izquierda, de tu propio partido el PSOE, produce ganas de vomitar y de alzar la
voz para denunciarlo. Aunque corren malos tiempos para hacer gestos de dignidad
de esas características lo hago: No en mi nombre!
Te hace igualmente
reflexionar viendo algunas reacciones sobre la cantidad de pedagogía que aún
hace falta fuera de aquí, de Euskadi y Navarra, en el resto del estado y al
mismo tiempo la responsabilidad cobarde que ha tenido una parte de la izquierda
en este déficit.
El testimonio de
Rekarte indica que no todo el negro o blanco en ese conflicto hoy parece que
olvidado, que desde ambas orillas de ese río de aguas turbulenta que va
amansándose poco a poco, se necesita ver al “otro” entender su sufrimiento,
porque aquí ambas partes han sufrido, por cierto y una de ellas aún lo sigue
haciendo con el tema de falta de acercamiento de presos especialmente.
Que necesitamos grandes
dosis de audacia, imaginación y generosidad para afrontar ese gran reto de
culminación de la paz y después de reconciliación de cura y cierre de las
heridas producidas en 50 años.
Quizás el reportaje de
Salvados pueda ayudar a ello, o al menos anime al debate, aporte sensatez y al
mismo tiempo a entender al que hace muy poco estaba frente a nosotros pistola
en mano dispuesto a pegarnos un tiro y hoy es consciente de su error, del daño
causado y pide perdón entre avergonzado y deprimido.
¿Para cuándo un gesto
así del Estado? Porque no podemos ni debemos obviar que el daño causado ha sido
en ambas direcciones, en ambas partes del conflicto, aunque en el lado democrático infinitamente más grave
Como socialista, como
afectado por esa barbarie que ha tenido que soportar la presión y el acoso
llevando durante 11 años dos escoltas, felicito a ambos, no sólo a Jordi Ébole,
también a Iñaki Rekarte por su dignidad, por su decencia después de actos
indecentes y ojalá pueda desplazarme a Doneztebe a su bar “Ekaitza” (tormenta)
para poder charlar con él cara a cara y darle un fuerte abrazo de
reconciliación.
Gracias Jordi, eskerrik
asko Iñaki, por vuestra valentía, por afrontar de manera tan honesta y
cuidadosa un tema que algunos, en una parte y el la otra, intentan mantener
oculto.
Évole.
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