Podemos: de la ilusión a la decepción
ARTÍCULO PUBLICADO EN PUBLICOSCOPIA EL 3 FEBRERO 2015
Reconozco que también,
al igual que a una parte importante de la ciudadanía, la aparición de Podemos
en la escena social y política me produjo una sensación de ilusión. Es cuando
menos curioso que una de las acepciones de ésta palabra sea “esperanza que carece de fundamento en
la realidad” que quizás venga muy bien para éste caso.
Su inicio fue espectacular, rutilante, era como una
bocanada de aire fresco que irrumpía en un panorama político demasiado
envejecido, obsoleto. Rompía con todos los estereotipos ver a un grupo de
jovenzuelos universitario subiéndose a las barbas del poder establecido con
propuestas novedosas, incluso rompedoras, en las formas y en el fondo.
Eso en un momento de especial decepción de la ciudadanía,
desmoralizada, cabreada con el machaque de la derecha gobernante y la parálisis
de una izquierda que ni estaba ni se la esperaba. Representándolo gráficamente
era como echar una piedra en un estanque pleno de quietud pero enfangado.
El problema fue que al menos mi idilio con ellas y ellos
duró poco. Justo hasta escucharles que no eran ni de derechas ni de izquierdas
y comenzar así a detectar signos de prepotencia, de una cierta chulería cargada
de tópicos como considerar “casta” a todo los que no fueran de los suyos.
Perdón, debo decir de los suyos, suyos.
Esa ilusión que genera entusiasmo y alegría se fue
transformando poco a poco en decepción (frustración que se da al desengañarse
de lo que no satisface nuestras expectativas).
Afortunadamente el hecho de que ese movimiento en el
estanque arrastrara, movilizara, al partido en el que milito, el PSOE, no sólo
por la realización de unas novedosas primarias sino también porque en ellas su
izquierda resurgió con fuerza ejerciendo una influencia como jamás la había
tenido, impidió sumirme en una peligrosa melancolía (son muchos años ya de
lucha política y a uno le afectan cada vez más las decepciones).
Lo más triste, quizás lo más doloroso es que bajo esa capa
exterior de colores y viento fresco hemos ido descubriendo el gris, las
deficiencias, las perversiones y maldades del ser humano, los viejos tics de
los viejos aparatos que también se descubrían en su seno. Lo de siempre
recubierto de una falsa originalidad.
Comenzó el fraude tras un proceso electoral interno
supuestamente democrático y participativo pero que supuso realmente
manipulaciones, controles férreos y lo que es más grave marginaciones
intolerables. El pobre Etxenique y sus seguidores lo sufrieron duramente en sus
carnes siendo laminados sin ninguna contemplación. También se iba observando en
ellos un cada vez mayor culto al líder todopoderoso, incuestionable,
incontestable y a su camarilla más próxima, alejándose así de la cultura
participativa que decían defender. En ciertos comportamientos, incluso en la
representación visual más parecían la famosa “banda de los cuatro”.
Más tarde fueron apareciendo pequeños y grandes casos, si
no de corrupciones, al menos sí de corruptelas. Primero el propio Iglesias y su
programa La Tuerka, después Errejón y su supuesto fraude a la Universidad de
Málaga (por cierto que resulta significativo que su equipo directivo haya
decidido casi por unanimidad, 50 a favor y 3 abstenciones, continuar con su
expediente) y últimamente Monedero con sus negocios millonarios, insultantes
con la que le está cayendo a la mayoría de nuestra ciudadanía, o su curriculum
supuestamente falseado.
Con respecto a éste último llamó la atención que su
candidata para Aragón en declaraciones a la Sexta, ante un desmentido de un
reputado profesor que alegaba no recordar a Monedero, pronunció una frase que
me produjo escalofríos: “no resulta extraño que alguien de 70 años no lo
recuerde”. Una frase descalificadora para la edad de la persona que tiene que
ver con esa prepotencia juvenil impregnada de irresponsabilidad que les hace
despreciar a todo aquel que tenga más de 40 años, ignorando que la edad aporta
experiencia permitiendo una visión de los acontecimientos y los problemas en la
búsqueda de soluciones mucho más racionales y acertadas.
Desprecian estos jovenzuelos la edad (esto es una epidemia
porque se repite en otros partidos incluido el mío a otra famosa jovenzuela)
pero recurren a la veteranía de Vicenc Navarro y Juan Torres. Cuando menos
curioso.
Pero los deslices de mayor calado los están teniendo en lo
ideológico. Más allá de soluciones manidas y propagandísticas han aportado en
éste terreno bastante poco y de entre sus propuestas hay dos que les
descalifican para liderar el cambio: su indefinición voluntaria al mostrarse
como gentes que no son de izquierda ni derecha y lo más grave: las últimas
declaraciones de su líder supremo planteando sorprendentemente que las
ideologías ya no existen, o sea convirtiendo de un plumazo a Podemos en una
fuerza seguidora de las teorías de Fukujama y su famoso libro de cabecera del
neoliberalismo “El fin de la historia”.
La supuesta izquierda renovadora siguiendo las tesis de la
derecha más rancia………..
Habrá que explicarles, con pocas esperanzas de que escuchen
dado su creciente dogmatismo, que la ideología ha existido, existe y existirá,
al igual que una izquierda y una derecha en constante confrontación, e incluso
la lucha de clases que resulta cada vez más actual. Se equivocan pues en sus
propuestas que suenan a puramente tácticas y electoralistas con el fin de
pescar en ambos caladero de votos. Eso en mi tiempo se le llamaba oportunismo
político, una característica que resulta
extremadamente peligrosa porque en la indefinición está el camino hacia
postulados puramente populistas (aquí sí se puede aplicar éste término) y de
derechas.
El otro día una persona relevante de Podemos me aseguraba
que era un partido creado para ganar éste 2015 y de ahí esos movimientos
puramente tácticos, cortoplacistas y que de no hacerlo se disolvería. Terrible
confidencia porque la pregunta que me surgió fue ¿y los cientos de cargos en
Parlamento, Senado, Parlamentos autonómicos o municipios que se supone vais a
sacar, qué? Pues vagarán en un limbo sin dirección a expensas del mejor postor
y ya sabemos quién suele ser en éstas circunstancias.
Conclusión final: no me fío de ellos, no me fío de sus
dirigentes y de quienes detrás idearon, diseñaros, impulsaron y financiaron
ésta entelequia. Resulta curioso que apareciera en un momento prácticamente pre
revolucionario en nuestro país y que esa rabia en las calles, fábricas, centros
de enseñanza o salud se haya dirigido hacia las urnas. Curioso, muy curioso.
Con la aparición de Podemos ha pasado el peligro para
quienes temían un desarrollo incontrolado de los acontecimientos. Ahora el río
de aguas turbulentas está controlado, perfectamente canalizado, no existiendo
ningún riesgo de inundación.
Por eso defiendo que ese cambio necesario, imprescindible,
debe estar liderado por la izquierda clásica, ideologizada, con raíces sólidas
y profundas. Una izquierda renovada sí, regenerada, con un discurso potente,
valiente, audaz, pero al mismo tiempo con la sensatez de la veteranía.
Experimentos con gaseosa, porque nos jugamos demasiado.
El PSOE debe salir de su letargo confiar en la colaboración
y el empuje de su ala izquierda, desde izquierda Socialista a las gentes de
Sotillos, darles protagonismo y presencia y juntos codo con codo ser capaces de
ganar las sucesivas elecciones. Es imprescindible para el futuro de nuestro
país que sean ganadas por un PSOE que lidere ese cambio.
Luego vendrán las colaboraciones necesarias (la situación
de emergencia nacional en la que nos encontramos las va a necesitar) con las
otras izquierdas transversales incluidas las nacionalistas, para resolver
entuertos creados estos años por el PP de tensiones centro-periferia, pero
desde un liderazgo que evite aventuras confusas. Por eso ahora a los
socialistas nos toca unos meses de apretarse los machos y trabajar por ello
desde nuestra propia unidad plural.
Fdo.: José Luis Úriz Iglesias (Ex parlamentario y concejal
del PSN-PSOE, miembro de Izquierda Socialista)
Villava-Atarrabia 3 Febrero 2015
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