Lo perverso del PP ante la paz
Artículo publicado en PUBLICOSCOPIA el 20 Enero de 2015
Hay una norma no
escrita que recomienda evitar utilizar la primera persona en los artículos de
opinión. No siempre resulta conveniente respetarla, menos aún en circunstancias
poco habituales en las que pretendes abrirte en canal, desnudar tus sensaciones
en público. Utilizar la primera persona da pudor, te sitúa en primera línea
incluso a la hora de tener que asumir responsabilidades, pero en ésta ocasión
dejo el pudor y la prudencia a un lado para mostrar tal como son mis ideas
sobre éste complejo tema.
Según la RAE, perverso “es
todo aquello sumamente malo, que causa daño intencionadamente, que corrompe las
costumbres o el orden y estado habitual de las cosas.
¿Se puede aplicar éste
concepto a la actitud del PP durante estos más de tres años y en especial en
los últimos tiempos respecto al proceso de paz?
Indudablemente sí. El
gobierno de Zapatero dejó una situación compleja en otros aspectos como el
económico fruto de sus errores en especial durante los dos últimos años, pero
en lo referente al proceso de paz su trabajo fue positivo. Es cierto que fruto
de la labor policial, de la acción de la justicia y la colaboración
internacional, pero también de los puentes construidos por los que fue posible
la comunicación fluida con la parte política de la Izquierda Abertzale.
Quizás el mayor punto
negro fue dejarse influir por las presiones de los sectores controlados por el
PP, metiendo en la cárcel precisamente a quienes impulsaron el elemento que
culminó el trabajo de los demás agentes: quienes impulsaron la alternativa
Bateragune. Una alternativa que supuso la confrontación directa en su seno entre
la línea militar y la política que afortunadamente se saldó con la victoria
aplastante de la segunda, permitiendo abrir el camino definitiva hacia la paz
por el que ahora con dificultades transitamos.
Apenas cinco años
separan ése proceso y si lo viéramos desde 2009 no creeríamos en qué lugar
estamos ahora. Hoy el terrorismo de ETA ya no existe, ni los atentados,
asesinatos, extorsiones, ni siquiera la denominada “kale borroka”. Sólo falta
culminar el trabajo, finalizarlo.
He vivido en primera
persona, en primera línea de fuego éste conflicto, de manera más directa los
últimos 25 años y durante ellos he aprendido a comunicarme primero, establecer
diálogo después e incluso acordar finalmente con quienes me separaba un rio de
profundas aguas turbulentas. Hemos trabajado codo con codo para construir
puentes por los que encontrarnos, muchas veces dinamitados por intransigentes
de una y otra orilla.
Pero después de esos 25
años al fin veía el final del túnel, primero con la tregua definitiva de ETA y
posteriormente con la victoria de lo político sobre lo militar, Parecía que la
paz estaba cerca, que podríamos comenzar con lo más difícil, la reconciliación,
para la que nuestra experiencia podría servir, pero llegó el PP y eso supuso un
frenazo insensato e irresponsable.
Resulta difícil poder
trasladar la experiencia tenida aquí, allí. A menudo cuando expongo mis ideas,
mis propuestas siento que se me mira (algunas veces incluso se dice) como si
fuera un cómplice de los terroristas o en el mejor de los casos un “tonto
útil”. Entiendo que es muy difícil que la ciudadanía de Sevilla, Badajoz, o
Madrid se pueda enfrentase a esto de parecida manera que la de Donosti o
Villava. Lo entiendo, por eso debía ser obligación de los políticos de
izquierdas trasladar nuestra experiencia por esos lares, organizar charlas para
que se pudiera extender y conocer por todos los lugares de nuestro país,
incluidas las escuelas y universidades.
Soy militante
socialista. He sido parlamentario de Navarra 8 años y concejal 12 en
circunstancias adversas, muy adversas. He estado amenazado, me han pintado,
acosado, incluso a mi hijo en su escuela, me han insultado, vociferado, me han
podido matar varias veces, durante once años he ido a todas partes con dos
escoltas, he vivido en el pueblo más duro de Navarra, el que más atentados ha
sufrido, pero a pesar de todo siempre he intentado escuchar al “otro”, entender
sus razones, comunicarme, darme cuenta también de su sufrimiento.
Muchas veces he alzado
mi voz contra ellos, pero también contra los míos cuando entendía se actuaba
injustamente. He estado contra la tortura que supone la mayor vileza del ser
humano, la sufrí en el franquismo y jamás la he admitido, contra la dispersión injusta
de presos que suponía un castigo para sus familias, contra el cierre de
periódicos o la ilegalización de partidos, contra la falta de libertad de
expresión. He peleado contra unos y contra otros, como dice mi blog “peleando a
la contra”, pero he trabajado duro por la paz, por construir puentes y pistas
de aterrizaje.
Junto con otros de una
orilla y otra, hemos sido capaces de conseguirlo, pero en el remate de todo, en
el momento clave, nos hemos encontrado con la cerrazón del PP y de ETA. Del PP
con su parálisis evitando movimientos sobre las y los presos, su acercamiento,
medidas sobre quienes padecen enfermedades graves, etc y ETA ralentizando su
desarme y disolución. A pesar de los esfuerzos, incluida la Izquierda Abertzale
que ha sido capaz de contener movimientos contrarios que surgen en su seno y
que dudan de la eficacia de sus esfuerzos que no acaban de conseguir ningún
avance, el PP mantiene un pulso peligroso en algunos aspectos profundamente
injusto e incluso ilegal.
Las detenciones de la pasada
semana de 16 personas la mayoría abogados y abogadas de los presos de ETA,
suponen un punto de inflexión, una provocación inadmisible y de alguna manera
un atentado al sentido común indicativos de que, más que con elementos
judiciales tienen que ver con un intento desesperado por utilizar éste tema (como
viene siendo habitual) para obtener una rentabilidad electoral.
El PP en su deriva
actual es consciente de su caída en picado y no le importa utilizar un elemento
tan sensible como éste, para asirse a un clavo ardiendo en su intento por
sobrevivir. Si estuviéramos hablando del comportamiento de una persona la
definiríamos sin dudar como canalla, mala gente, perversa y quizás tengamos que
acostumbrarnos a hacerlo de la misma manera a quienes en política tienen el
mismo comportamiento y denunciarlo intentando parar su desvarío antes de que
originen algún desastre de lamentables consecuencias.
Ésa es la labor de los
partidos de oposición, aparcar los intereses electorales y velar por el bien
común. Decirle alto y claro al PP que así no, que con ésa actitud están
provocando justo lo contrario de lo deseable. Que lo que toca es culminar
definitivamente ése proceso de paz peligrosamente paralizado en lugar de poner
palos en las ruedas que puedan provocar descarrilar el carro.
El PSOE tiene una
responsabilidad especial en ésta labor. Hoy posicionarse contra la deriva del
PP en el tema vasco no quita votos en el resto del estado, se equivocan quienes
lo analicen así. Hoy la ciudadanía de éste país está perfectamente preparada,
especialmente la izquierda, para hacerlo y por lo tanto se debe hacer sin
ninguna dilación. Desde estas líneas haga ése llamamiento, quizás porque tengo
la capacidad y percepción necesaria para darme cuenta del peligro que aún se
puede correr si no acertamos en el diagnóstico y por tanto en el tratamiento.
Sólo espero que mi voz
no sea solo la que clama en el desierto y al menos sea escuchada y entendida.
Fdo.: José Luis Úriz
Iglesias (Ex parlamentario y concejal del PSN-PSOE miembro de Izquierda
Socialista)
Villava-Atarrabia 18
Enero 2015
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