De la corrupción ética a la política. Táctica y estrategia
Artículo publicado en PUBLICOSCOPIA el 9 Diciembre 2014
Existe una
corrupción política y otra ética, una corrupción económica, financiera y otra
de principios, de modos y maneras. En mi opinión la segunda es más deleznable,
más criticable y peligrosa que la primera siendo las dos condenables.
Reconozco que me indigna la que surge en
la política, la económica pero mucho más si cabe la ética, la de los
principios, esa gente, incluso que se define de izquierdas, para la que todo
vale, la insidia, la filtración, la injuria, la mentira camuflada. Porque no
hay peor mentira que una verdad a medias, la que
está camuflada para engañar, o aquella que repite mil veces con la intención de
que parezca verdad. Esa gente que se dedica a subvertir los valores, a ensuciar
con la táctica del calamar, intentando utilizar las organizaciones en su propio
beneficio.
Me indigna procesos de lapidación de compañeras y
compañeros honestos sólo por el hecho de discrepar, o no seguir las directrices
emanas del poder establecido. La persecución insana de quienes están en
política sólo por sus principios, por una línea ideológica que intentan
trasladar al ámbito del partido. Me indigna que se acuse de traicionar a ese
partido precisamente a quienes defienden sus principios básicos y me indigna
que se haga desde una forma de corrupción ética por quienes la practican y con
quienes les jalean cual secta sin criterio.
Pero después de la tormenta llega la calma, los corruptos
políticos, económicos van cayendo, pero los y las corruptos morales, éticos, de
principios siguen ahí intentando destruir proyectos, impunes, inmunes. La lucha
contra la corrupción pues tiene dos escenarios y el más peligroso, el que
resulta más difícil de combatir es el segundo, precisamente porque el enemigo
es difícilmente reconocible. La política es un reflejo de la sociedad, de sus
enfermedades, de sus contradicciones, de sus modos y maneras, de sus
maledicencias. Quizás tenemos una política deteriorada porque sea la imagen de
una sociedad enferma.
Pero no sólo se puede entender como corrupción política
lo ya enumerado, también el engaño desde los partidos políticos lo es. Estamos
demasiado acostumbrados a que el papel todo lo aguanta y a la hora de elaborar
las propuestas programáticas, las promesas electorales quienes las elaboran ya
son conscientes en muchos casos de las dificultades de ponerlas en la práctica.
Esa diferencia entre teoría y praxis, entre lo expuesto
antes de llegar a los diferentes centros de poder, sean del estado, autonomías
o municipios y lo que se hace después también es corrupción ética,
especialmente para las gestes que se definen de la izquierda.
Se suele decir que mentir, engañar para los cristianos es
pecado pero para las izquierdas resulta simple y llanamente reprobable.
Últimamente al escuchar ciertas propuestas, especialmente
económicas que parecen a simple vista sencillamente inalcanzables,
irrealizables, pero que ilusionan a una sociedad ansiosa de escucharlas me
asalta la duda de si en realidad quienes las diseñas o quienes las exponen
están convencidos de esa imposibilidad o que aun sabiéndolo las plantean por
puro electoralismo. De darse la segunda posibilidad también estaríamos en un
caso claro de corrupción ética, de principios.
Es lo que algunos teóricos de la nueva izquierda definen
como táctica para llegar al poder o al menos para conseguir unos resultados
electorales mejores de los esperados. Es el trabajar a corto, sobre lo
inmediato, olvidando que donde realmente se producen las verdaderas
transformaciones es profundizando en la estrategia, en las propuestas de largo
alcance que sirvan para cambiar una sociedad destrozada por la crisis. Esto
también es corrupción ética porque olvidan a sabiendas la lucha por los
derechos de la ciudadanía, el bien común en aras de un bien electoral.
Ésa forma de corrupción existe en el amor, en la amistad, en las familias,
negocios, en los centros de enseñanza y lógicamente llegan hasta la praxis
política. ¿Cómo combatirla? Sólo es posible de una manera: de frente, con valentía,
con la verdad, con el ejemplo, la coherencia, el trabajo y las ideas, las
buenas ideas. Será difícil derrotarlos y derrotarlas, sus reglas de juego son
diferentes a las de la buena gente, su maldad es más poderosa que la bondad,
pero con perseverancia, si no nos rendimos seremos capaces de conseguirlo.
He luchado, lucho y lucharé contra esa lacra, incansable,
ligero de equipaje que es lo que más temen, de frente con nombre y apellido,
dando la cara y estaré ahí frente a ellos y ellas aunque sea en minoría e
incluso en soledad sin dar un paso atrás.
Quiero desde esta plataforma mostrar ésa
indignación y denunciar a quienes desde la corrupción de los principios, de las
mínimas prácticas de honestidad se dedican a ziriquear, a insultar, injuriar,
calumniar cada vez que abren una boca incapaz de hacerlo para aportar ideas,
propuestas, iniciativas, a poner palos en nuestras ruedas. Pero también a
quienes lanzan cánticos de sirena, a quienes cual charlatán de feria pregonan
soluciones mágicas que ilusionan para luego producir decepción y frustración
ante su fracaso. Son un verdadero peligro y de alguna manera un enemigo a veces
invisible que debemos combatir comenzando por su denuncia, desenmascarándoles.
Yo al menos no lo voy a consentir que se
salgan con la suya con mi silencio.
Fdo. José Luis Úriz Iglesias (Ex
parlamentario y concejal del PSN militante de Izquierda Socialista)
Villava-Atarrabia 8 Diciembre 2014
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