José Antonio Pérez Tapias y José Tomás: VERDAD!
Me encontraba
reflexionando sobre lo acontecido en mi partido el PSOE con todo el lío este de
las primarias para elegir Secretario General y vi unas imágenes del excepcional
torero (me reconozco contrario a esto de la “fiesta nacional”) José Tomás.
Dos Josés, uno enfrentándose
al toro en las plazas, el otro en el PSOE, pero los dos con rasgos comunes, más
allá del propio nombre.
¿Qué distingue a José
Tomás en el mundo de los toros?
Su valentía al igual que Pérez Tapias al
lanzarse a la batalla en plena decadencia socialista y con todos los elementos,
aparatos, medios de comunicación, poderes fácticos, en contra, algunos
radicalmente en contra. Ambos torean de cerca, pisando terrenos que nadie se atreve a pisar, en las distancias cortas, arriesgando, jugándose la vida, uno real, otro política cada vez que saltan al ruedo.
Su pureza, profundizar
en las propias raíces del toreo, como Pérez Tapias que vuelve su mirada a los
principios que jamás debimos abandonar. ¿Cómo es posible que decir que debemos
recuperar nuestra seña de identidad de partido de izquierdas suene a novedoso e
incluso revolucionario? ¿Cómo lo es que defienda nuestro republicanismo,
federalismo, nuestra democracia interna y suene casi a herejía?
Su honestidad, su coherencia,
José Tomás entiende el toreo de verdad, sin trampas, sin argucias, sin
cosmética de marketing barato, no tiene una sonrisa Profidén, torea serio,
porque serio entiende es lo que hace, al igual que Pérez Tapias que como buen
filósofo analiza con rigor académico lo que debe ser nuestra senda a seguir.
Es profundo, José Tomás
practica no un toreo de salón, sino uno real, arriesgado pisando terrenos que
nadie actualmente se atreve a pisar, como Pérez Tapias enfrentándose con sus
propuestas a la monarquía, a la casa real, a la gran banca encabezada por
Botin, a los poderes financieros, a quienes se encontraban cómodos con un PSOE
domesticado, integrado y ahora ven peligrar este estatus con su irrupción que
se puede considerar revolucionario.
Claro, porque Tomás y
Pérez Tapias se consideran revolucionarios, porque son VERDAD, esa es la clave,
en un momento en el que la mentira y el engaño dominan el mundo del toreo y de
la política, aparecen ellos y ponen las plazas patas arriba. Le dan la vuelta a
todo y se atreven a ser iconoclastas, irreverentes, pero curiosamente desde esa
verdad, desde el respeto a sus principios, a sus ideas.
Coherentes, Tomás y
Pérez Tapias son coherentes con lo que creen y lo defienden hasta las últimas
consecuencias, el primero arriesgándose a las cornadas que adornan ya su
cuerpo, el segundo con otro tipo de cornadas igual de violenta, dolorosas, que
le vienen desde el poder establecidos, desde el inmovilismo estéril de quien
solo quiere que cambie algo para que en el fondo nada cambie.
Son, de manera
diferente, humanistas, pensadores, soñadores e incluso utópicos. Bendita utopía
que nos hace avanzar en un mundo vacío de ideas, en el del toreo y en el del
socialismo. Han irrumpido de manera sorpresiva en sus diferentes lugares de
actividad y han revolucionado el patio. Han tirado la piedra sobre estanques
con aguas demasiado paradas, estancadas. Son viento fresco que sacude y limpia
el ambiente.
Es probable que mueran
en las plazas, en la de toros y en la del socialismo español, pero dejarán
huella, una huella profunda y eterna. Se les recordará por un bello intento de
regeneración de ambas actividades.
Ambos emocionan, introducen elementos de sentimiento, de pasión, de ilusión en un mundo falto de todo ello. Y se les respeta. Se les respeta independientemente de que estés o no de acuerdo con su arte en el toreo o sus ideas para el socialismo. Se les respeta sin necesidad de emplear el temor, el chantaje o la presión. Por eso son tan grandes.
Ambos emocionan, introducen elementos de sentimiento, de pasión, de ilusión en un mundo falto de todo ello. Y se les respeta. Se les respeta independientemente de que estés o no de acuerdo con su arte en el toreo o sus ideas para el socialismo. Se les respeta sin necesidad de emplear el temor, el chantaje o la presión. Por eso son tan grandes.
Gracias, eskerrik asko
José Tomás, José Antonio tapias, gracias por vuestra valentía, pureza,
honestidad, coherencia, pero especialmente por ser VERDAD en un mundo de falsos
profetas.
Flaco favor le haces comparándolo con un torero.
ResponderEliminarNo lo comparo con un torero, lo comparo con una actitud en la vida, cada uno en su campo, aunque ya aclaro que estoy contra los toros. Leelo amigo, leelo.
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