Solo la unidad de la izquierda frenará el impulso fascista


Buenas tardes, arratsalde on, bona tarda, hoy he esperado casi a la hora que hace 32 años comenzó a cambiar nuestro país. Hoy 20 de Noviembre nuestra democracia quedó libre del fascismo, aunque de nuevo dos años después, la victoria del PP nos situó de nuevo ante el peligro de un instante oscuro en nuestra historia. Esta tarde recordando aquellos dramáticos y al mismo tiempo ilusionantes, momentos de hace 32 años me doy cuenta que las agresiones que nos han infringido en estos dos años no serían nada si se salen con la suya en la represiva ley que restringe el derecho a la protesta, a la indignación, a dar salida al cabreo popular y otro derecho fundamental como el de huelga. Ni siquiera un fatxa como Aznar osó hacerlo con su etapa de mayoría absoluta y éste que parecía inofensivo ha resultado el más fatxa de todos.

Históricamente esta bravuconería de la derecha se ha dado y se da en estos momentos, cuando la izquierda se encuentra debilitada, con su mensaje obsoleto, apagado, cuando nos hemos acojonado ante el empuje de la reacción. Por eso urge en el seno de esa izquierda ahora perdida, que ni está ni se la espera, una profunda reflexión que nos haga levantarnos con urgencia de nuestro estado de postración, casi de rendición.


Olvidar viejas cuitas, viejas batallas electoralistas, olvidar nuestras raíces cainistas y asumir la responsabilidad histórica que tenemos para juntos, unidos, buscando lo que nos une y aparcando nuestras diferencias, liderar un proceso realmente revolucionario. Novedoso, imaginativa, audaz, pero revolucionario, que ponga freno a los desmanes de una derecha crecida, chulesca, desde el punto de vista democrático, subversiva, incluso constitucionalmente delictiva.

En momentos excepcionales se necesitan medidas excepcionales. Por eso las izquierdas, estatales o nacionalistas: PSOE, IU, Bildu, ERC, Bloque, Geroa Bai, etc deben aglutinar ese impulso. De entre ellas la mayoritaria es el PSOE y por esa razón debe ser quien dé el primer paso para conseguir que sea posible.


Hace en este momento 32 años nos alejamos del peligro, pero hoy volvemos a estarlo, es la vieja lucha antifranquista quien llama a nuestra puerta. Abrámosla, luchemos unidos, codo con codo, españoles, vascos, catalanes, gallegos, quienes nos consideremos de la izquierda, o los perros salvajes que inundan nuestras instituciones nos devorarán.

Precisamente éste es el momento y éste el lugar. Hoy 20-N lancemos al aire este grito: ¡Solo el pueblo unido jamás será vencido! ¡Solo una izquierda que se entienda, unida, es capaz de conseguirlo!

 

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