Conferencia Política: Quo vadis PSOE?


Este fin de semana se celebra la Conferencia Política del PSOE, un cónclave en el que hay puestas muchas esperanzas para que al fin se dé un nuevo impulso a la izquierda en este país.
Se ha escrito mucho sobre ella, la mayor parte de las veces de manera interesada, capciosa, arrimando cada cual el “ascua a la sardina propia”. Las gentes de la derecha, política, social o mediática intentando minimizar su alcance en unas ocasiones, o influir sobre ella en otras, desde las estructuras del propio partido con autocomplacencia procurando que su resultado no se les vaya de las manos. Hay que corregir, sí pero no de manera brusca, apuntan, hay que innovar ideológicamente, también, pero sin pasarse y sobre todo no hay que tocar, o al menos hacerlo de manera mínima, a las personas que actualmente componen su establishment, o lo que es lo mismo: todo es cambiable menos yo.

Lo que sí resulta evidente y ahí existe unanimidad, es que esta conferencia es vital para la recuperación o hundimiento definitivo de un partido que atraviesa una profundísima crisis, desde que en 2010 comenzó a perder sus señas de identidad de izquierda. Zapatero fue un presidente cabal en su primera legislatura, incluso los primeros tiempos de la segunda, realizó reformas de profundo calado en los derechos sociales, pero falló cuando le alcanzó la crisis y fue incapaz de afrontarla con posiciones de izquierdas, viéndose obligado a ejecutar los dictados de la derecha económica y financiera de aquí y de allí.

 
Desde entonces el PSOE no ha levantado cabeza, pero esta conferencia es una oportunidad histórica no solo para hacerlo sino también para relanzar una nueva izquierda, más plural, transparente, democrática, radical incluso, con un nuevo mensaje y una nueva estructura. Una izquierda que sea de nuevo la “casa común” y sea capaz de liderar a una sociedad huérfana y perdida para frenar la mayor agresión al Estado del Bienestar de su historia.

Para ello es necesario, imprescindible no solo renovar el discurso, su línea ideológica, recuperando las viejas señas de la izquierda más necesarias y actuales que nunca, también reformar sus obsoletas estructuras repletas de gentes acomodadas en el poder, pegadas con cola a los puestos políticos. Llevan muchos años, décadas sin reciclarse y eso se nota. No puede ser, no debe ser que alguien entre en el partido a los 24 años y vaya pasando de puesto en puesto, sea institucional en sus diferentes variedades, o interno y acabe su vida “laboral” enchufado en Telefónica, Iberdrola o alguna Caja. Eso es impropio de la izquierda y un insulto a nuestra base social.
Necesita poder dotar a su discurso elementos valientes, innovadores, quitándose de encima el miedo, el terror a la presión que ejercen los poderes fácticos que actualmente controlan nuestro mundo, sean financieros, mediáticos en incluso religioso, nacionales o internacionales. Este país necesita un PSOE radical en sus formas y en su fondo, que sea capaz de comunicarse en el mismo idioma con las otras izquierdas, IU, ERC, Bloque Nacionalista Galego, Bildu….liderándolas para conseguir un bloque de progreso capaz de construir un ariete que rompa las puertas de la muralla que el poder fáctico que nos domina ha construido. Un partido que lidere un proceso revolucionario novedoso. Para eso será necesaria indudablemente una gran dosis de generosidad.



En lo interno debe salir un partido igualmente nuevo, que respete la pluralidad, la libertad de expresión enterrando definitivamente a los Torquemada de turno, consintiendo y potenciando las corrientes, absolutamente transparente eliminando esa perversa frase de que “la ropa sucia se lava en casa”. Todo en un partido nuevo debe verse desde la sociedad, para lo que Ferraz 70 y todas las sedes deben ser edificios de cristal que la sociedad pueda ver constantemente.
No solo se debe aplicar con rigurosidad el límite de mandatos con un máximo de dos, sino que este límite debe ser para cualquier cargo interno o externo y deben pasar al menos dos legislaturas para volver a ocupar otro, exigiendo para ello la cotización en la seguridad social durante ese tiempo, lo que permitirá un constante trasvase enriquecedor sociedad-partido y evitar la perversa burocracia que ha imperado los últimos tiempos.
Listas abiertas, plantear un cambio en el injusto sistema electoral que sea más proporcional, ir a un sistema directo de elección por circunscripciones, primarias en todos los escalones electorales, incluso en las elecciones de cargos internos como la Secretaría General. Crear un código de conducta ejemplar, incluso a riesgo de ser injustos en algunas ocasiones, en el momento en el que alguien sea imputado debe dejar de inmediato todos sus cargos. Etc, etc…



Elemento importante es que desde este nuevo PSOE se debe propiciar un nuevo impulso a un proceso de paz peligrosamente paralizado. Zapatero lo inició valientemente, aunque tuviera algunos errores de bulto y ahora este nuevo PSOE debe culminarlo presionando al PP para que tome medidas sobre los presos, especialmente si ETA en los próximos días anuncia su desarme definitivo. En este tema hay que ser muy valiente no dejándose influenciar para la inmoral presión de algunas asociaciones de víctimas y algunos sectores ultras del PP como Mayor Oreja o el propio Aznar, que demuestran de manera impúdica que con ETA vivían mejor.
Queda un último y espinoso tema, el último pendiente desde la transición: solucionar de manera inteligente las tensiones centro-periferia. Últimamente ha sido Catalunya, pero también Euskadi lo espera de momento pacientemente. Aquí también pasa por tomar medidas imaginativas, audaces y generosas, recuperando la relación con el PSC y su propuesta de tercera vía, enriqueciéndola, fortaleciéndola planteando abiertamente la construcción de un Estado Federal en el que todas y todos estemos cómodos.



Son medidas rompedoras, quizás haya quien las considere rupturistas, si es con un pasado superado por los acontecimientos indudablemente lo son, pero o el PSOE, mi partido desde 1990, sale de esa conferencia con nuevas ideas, nuevas estructuras y nuevos dirigentes (aunque ahora no toque), o su futuro va a ser muy negro, mucho más aún que el actual.

No podemos, no debemos dejar en manos de partidos populistas, con el peligro que eso supone para nuestra democracia como UPyD, Ciutadans, o futuros que puedan aparecer propuestas que la sociedad, especialmente nuestra base social está reclamando a gritos y que quedan reflejadas aquí. Solo tienen que ver las encuestas para darse cuenta.
Este fin de semana la izquierda social y política mira al PSOE. Ojalá no nos defraude y escoja el camino correcto.

 

Comentarios

  1. Estimado José Luis Uriz. No me lo vayas a tomes a mal.

    Me parece increible que alguien que entró a militar en el PSN en los tiempos de los Urralburu, Otano y Cía se lamente porque su partido empezó a perder su caracter de izquierdas en el 2010. ¿En el 2010?

    El PSOE solo puede continuar mostrando su carta de presentación izquierdista gracias a personas como usted, del mismo modo que en una familia rancia de vez en cuando se saca a pasear por el pueblo al artista rockero medio gay para así dárselas de tolerantes y enrollados ante los vecinos.

    Las personas de izquierdas de los PS europeos deberían formar sus propias organizaciones buscando alianzas con el resto de la izquierda, tal como hizo Lafontaine en Alemania, Melenchon en Francia y de forma similar SYRIZA en Grecia.

    En caso contrario, seguiremos pensando que esas personas que siguen militando en esos viejos PS son solo tontos útiles, o peor, personas que interpretan un papel a sabiendas de a quién están sirviendo.

    En mi pila de inquietudes típicas de socialista y soberanista vasco y navarro no dispongo de lugar ni de tiempo para malgastar con el PSOE.

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