Todos somos el preso 8719600510



Artículo publicado en Diario de Noticias de Navarra el 12 octubre 2013
El 16 de Septiembre de 1998 ETA declaraba unilateralmente una tregua con carácter indefinido. Aquel periodo que duró apenas 14 meses, hasta noviembre del siguiente año, sirvió para dar realce a una nueva figura surgida en la izquierda abertzale: Arnaldo Otegi. Recuerdo que en una de sus primeras entrevistas después de la declaración de la tregua en un diario catalán respondía a una de las preguntas proclamando con solemnidad: «No me importaría ser el Gerry Adams de Euskadi». De hecho ése fue el titular que eligió el periodista.

No sonaba mal para muchos los que al leerlo recordábamos que había sido uno de los autores intelectuales del ‘‘Pacto de Lizarra’’, y que además, a semejanza del líder irlandés, había militado en la organización armada, por lo que se intuía que algún ascendente podría tener aún. Surgía así una esperanzadora figura para poder llevar las riendas, en su orilla, de las negociaciones hacia la paz.

Después de 15 años de aquel acontecimiento se cumplen ahora cuatro años en la cárcel, acusado de pertenencia a banda armada debido a la construcción de la alternativa Bateragune por la que fue detenido, juzgado y condenado. Lo  que realmente supuso Bateragune fue un proceso para llevar a la izquierda abertzale hacia la senda de la paz y presionar a la organización terrorista ETA para finalizar su estéril y cruel violencia.


Para culminar un proceso de paz serio, es necesario tanto en el campo político como en el ‘‘militar’’ líderes que no sólo apuesten por impulsarlo y fortalecerlo, sino que además tengan autoridad sobre los si suyos y Otegi ha demostrado que la tiene.

Una de las veces que he coincidido con él fue en el debate que tuvimos junto a Joseba Egibar en la Universidad de Barcelona en 1999 en el seno del curso que organizaron sobre la transición española, que luego tuvo reflejo en un interesantísimo libro. Me gustó una parte de su intervención, la que aportaba algún breve síntoma de ser de izquierdas.

Decía en aquella ocasión refiriéndose a los retos de la Izquierda Abertzale: «Cómo hacemos frente en este siglo XXI a la globalización económica, a los problemas que el neoliberalismo está planteando todos los días encima de nuestra mesa. Desde los medioambientales, los referentes al empleo, los sociales, los de ordenación territorial, etcétera. Es decir, cómo sobrevivimos en un mundo globalizado económicamente, y cómo vamos a dar salida a los problemas cotidianos de los ciudadanos vascos con un carácter estratégico». No es que sea un modelo de análisis clásico de izquierda, pero al menos se salía del ‘‘sota, caballo, rey’’ habitual.



Al cumplirse estos cuatro años encerrado todos somos el preso  
8719600510, su número y la pregunta que surge es: ¿Su encarcelamiento resulta negativo o positivo de cara al proceso de paz iniciado?

Batasuna ha declarado que lo entorpece y desde la profunda discrepancia política que me separa de él y de su organización política coincido con este análisis. No tiene ningún sentido ni en lo jurídico, ni en lo político, ni en lo puramente intelectual.

Otegi ha demostrado en los últimos años que ha sido uno de los artífices de que en estos momentos nos encontramos a las puertas mismas de una paz consolidada. Tuvo la valentía de enfrentarse desde la izquierda Abertzale a ETA en un momento crucial y derrotarla en lo ideológico, a través de un debate que abrieron, él, Rafa Díez, Miren Zabaleta, Pernando Barrena o Rufi Etxebarría y antes Patxi Zabaleta. Si ETA declaró la tregua, si acepto su posible desarme y si finamente desaparece será gracias al esfuerzo de este grupo que en su momento apostó por esa línea.

Con él fuera ayudaría a que la opción política se imponga en el único frente donde los duros aún se mantienen: las cárceles. Además se fortalecería el debate interno sobre si Batasuna debe ser más una fuerza de izquierdas o nacionalista, si su componente ideológico debe prevalecer sobre el puramente visceral o de pertenencia a la tribu.


No parece descabellado prever que si gana esa nueva batalla, si la izquierda abertzale es primero izquierda y luego todo lo demás, se abriría un nuevo escenario en la política vasca y navarra ya sin ETA. No sería tan descabellado un gobierno con las izquierdas, en Euskadi Patxi López sería receptivo y en Navarra, si el PSN rompe sus cadenas con la derecha y decide, una vez limpiada a fondo su dirección actual, lanzarse por la senda de esa izquierda, también.

Empezar a vislumbrar ese nuevo escenario es una obligación para todos pero en especial para los partidos políticos. Otegi en la izquierda tiene capacidad para unir nuestras fuerzas con el fin de ganarle a la derecha, es capaz de dialogar y llegar a acuerdos con las otras izquierdas. Con todas. Por eso es necesario, imprescindible que esté en libertad, que pueda culminar un trabajo que él mismo inició.

Desde estas líneas clamo por esa libertad consciente de que mi capacidad de influir es nula, pero al menos quiero en este mi espacio de libertad de expresión opinar, contracorriente como casi siempre, mi deseo de que hoy sea posible.

¡Libertad para Otegi! Desde mi militancia socialista, de  viejo militante de la izquierda española, solicitando a mi partido, el PSOE, que sea capaz de impulsar de nuevo un proceso de paz peligrosamente estancado y solicite como primera medida la excarcelación de los cinco de Bateragune. Recordando que fui expulsado del PSOE en Julio de 2011, a instancias de los Torquemadas del PSN, por afirmar que: "Otegi trabajaba en el seno de Batasuna para llevarla por la senda de la paz". La historia ya ha dictado sentencia sobre aquella reflexión.

 

Fdo.: José Luis Úriz Iglesias (Ex parlamentario y concejal del PSN, actual militante del PSC)

DNI: 50922646W

Villava-Atarrabia 9 Octubre 2013

 

Comentarios

  1. Me gusta tu manera de pensar y comparto tu escrito.Es una pena que el gobierno de Rajoy,no esté por la labor de colaborar para que esta situación cambie.No se que intereses tienen,pero está claro que no pasa un solo día sin hacer comentarios sobre ETA.En fin, a mí me molesta que solo se hable de unas victimas y no de todas y eso a todas luces es inmoral. Un saludo cordial Jose Luis

    ResponderEliminar
  2. Eskerrik asko, muchas gracias por tus agradables comentarios, más aún en un tiempo de incomprensión de crispación. Un abrazo amiga.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Comunicado de apoyo a Odón Elorza

Mensaje de mi madre de 95 años a los progresistas que dudan si votar o no