PSN: Indignación y vergüenza
Egun on, buenos días, bon dia, amanece nevando de
nuevo en Villava-Atarrabia, una sorpresa aunque menos después de un invierno
especialmente nevado. ¿Año de nieves año de bienes? Veremos, aunque no tiene mucha pinta de ello.
Una lectura apresurada de la prensa, especialmente
la local, me llena de indignación y vergüenza. Ver a mi partido, el PSN a pesar
de todo, a la deriva me produce mucha pena. Ver a sus dirigentes haciendo el
ridículo, pringados hasta la cintura en el tema de la CAN aún más. Hoy su
líder, su lamentable líder dice: “Somos contundentes exigiendo que se cumpla la
ley, pero cautos a la hora de juzgar". ¿Qué es ser cauto? ¿Quizás ser
cómplice? Porque a eso suena. No apoyar la moción de censura pidiendo al mismo
tiempo la dimisión de Barcina suena a eso, a complicidad, a cobardía o lo que
es peor, a un intento de tapar sus propias vergüenzas.
No podemos olvidar que también él cobró dietas
millonarias por no hacer nada en el Consejo de Administración de la CAN, que observó
las tropelías cometidas por los ahora imputados mirando para otro lado. ¿Cómo
se llama eso Roberto Jiménez? ¿Cómo?
Se piensa que la ciudadanía navarra es tonta y no
sabe lo que se esconde detrás de esas palabras, detrás de esa cobardía. Lo
lamentable es que implica a todos, a militantes y votantes de un partido vital
en Navarra en esa insensatez, en esa canallada. Con el silencio aquiescente de
Ferraz, de quienes le rodean en la dirección del PSN y de la mayoría de sus
afiliados.
Habrá que hacer desaparecer a estos irresponsables para
redirigir al PSN hacia el lugar que jamás debió abandonar: el de liderar una alternativa
desde la izquierda a la derecha de UPN que gobierna Navarra sin control los últimos 22 años. Liderarla
con un mensaje claro y contundente: nunca más cómplices, nunca más mamporreros
de esa derecha, nunca más vender nuestro papel a cambio de cuatro puestos de
trabajo. Y a corto plazo apoyar esa moción de censura forzando con el
nacionalismo un candidato o candidata de consenso que pueda aglutinar la
pluralidad de la izquierda en nuestra comunidad.
Pero para eso resulta necesaria, imprescindible una
verdadera revolución popular en el seno del PSN. Que sus militantes de base se
alcen y echen a patadas a todos, TODOS, sus actuales dirigentes. Eso hoy es muy
improbable, pero nunca debemos perder la esperanza de que este milagro se
produzca.
Al menos yo quiero alzar mi voz alta y clara: ¡VETE
YA ROBERTO JIMÉNEZ! ¡VETE YA! Antes de que hagas desaparecer definitivamente al
PSN.
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