Navarra en su encrucijada
Artículo publicado en DEIA el 18 Abril 2013
A lo largo de su historia el viejo reino de Navarra ha estado en innumerables ocasiones en su encrucijada, el momento actual la sitúan de nuevo en una de ellas. La moción de censura presentada por EH Bildu y Aralar contra su actual presidenta Yolanda Barcina por el desatino de lo ocurrido en una institución con tanta historia como la Caja de Navarra, hace que en ese cruce de caminos cada cual exprese de manera clara lo que es, lo que aporta a su futuro y sus bondades o maldades del pasado, en definitiva desnuda a todos.
No vivimos buenos
tiempos para la lírica, la situación que nos rodea no da para grandes alegrías,
al ya de por sí horroroso panorama que nos aporta la crisis, el paro, los
desahucios, la mayor agresión de la historia a nuestro Estado del Bienestar, se
unen los numerosos casos de corrupción, de corruptelas, de una clase política
devaluada, alejada de una sociedad que observa entre atónita e indignada sus
desvaríos, desde la izquierda a la derecha, del nacionalismo rancio español, al
catalán, casi todos los partidos políticos (con honrosas excepciones como el
PNV) con sus desatinos han conseguido situarla en el segundo problema para la
ciudadanía.
Quizás si Berlanga
levantara la cabeza fuera capaz de realizar una película con el título de “La vergüenza nacional” con la acidez y la
ironía que le caracterizaba, porque la verdad es que las noticias que cada día
se asoman a los medios de comunicación provocan este terrible sentimiento en el
españolito de a pie.
Vergüenza que inspiran
unos políticos, unos representantes de las instituciones del estado, incapaces
de resolver una crisis provocada por su complicidad con el poder financiero y
además salpicados de esos innumerables casos de corrupción. Traidores deleznables
que han conseguido manchar, ensuciar una noble actividad como la política, que
debiera servir para resolver los problemas de la ciudadanía, para conseguir el
bien común, pero que se ha convertido en un lugar de consecución de puestos de
trabajo y de rapiña.
Aquí en Navarra, una
comunidad que siempre ha presumido de seriedad y rigurosidad, quebradas eso sí
por un ex presidente como Urralburu y sus compinches, ahora se ve de nuevo
conmocionada por la imputación de otro ex presidente y dos de sus colaboradores
más íntimos, uno de ellos por cierto actual alcalde de Pamplona, quedando
incluso abierta la posible imputación de la actual presidenta, Yolanda Barcina.
Todo ello después de que se conociera las millonarias dietas por reuniones que
apenas duraban un suspiro, que cobraban 11 de los miembros políticos del
Consejo de la CAN, entre ellos dos del Partido Socialista de Navarra, ese que debiera representar los principios
básicos de la izquierda, entre ellos la ética.
Porque ese es uno de
los debates de fondo. No solo las corrupciones, los delitos, merecen la
reprobación social y política, sino también las corruptelas, el enriquecimiento
que aun no siendo ilícito, ilegal sí resulta inmoral, al menos para la
izquierda.
Pero los partidos
implicados, UPN y PSN, permanecen paralizados ante la indignación y el cabreo
de una ciudadanía que ya no confía en ellos.
Si desde éstos se desea
recuperar la confianza perdida evitando así que otras opciones mucho más
peligrosas les puedan sustituir, deben reaccionar ya con medidas contundentes,
claras, radicales si se quiere, incluso a riesgo de que paguen justos por
pecadores. Vale más con la que está cayendo que un inocente sea tratado
injustamente, que un corrupto (sea ilegal o inmoral) se vaya de rositas.
Cada imputado debe ser
apartado inmediatamente de sus cargos institucionales e internos, suspendido de
militancia. Pero no solo los imputados, también los que con su comportamiento
irregular, inmoral está creando alarma social. Por eso no solo defiendo desde
estas líneas que Sanz, Miranda, Maya o Barcina si es imputada, deben ser
expulsados de la vida pública navarra, sino que también los responsables
socialistas Roberto Jiménez y Samuel Caro deben seguir el mismo camino de
manera inmediata.
La situación es
absolutamente insostenible, ver a mi partido, el PSN a pesar de todo, a la
deriva me produce una profunda pena. Ver a sus dirigentes haciendo el ridículo,
pringados hasta la cintura en el tema de la CAN aún más. Su lamentable líder ha
dicho: “Somos contundentes exigiendo que se cumpla la ley, pero cautos a la
hora de juzgar". ¿Qué es ser cauto? ¿Quizás ser cómplice? Porque a eso
suena. No apoyar la moción de censura pidiendo al mismo tiempo la dimisión de
Barcina suena a eso, a complicidad, a cobardía, o lo que es peor a un intento
de tapar sus propias vergüenzas.
No podemos olvidar que
también él cobró dietas millonarias por no hacer nada en el Consejo de
Administración de la CAN, que observó las tropelías cometidas por los ahora imputados
mirando para otro lado. ¿Cómo se llama eso Roberto Jiménez? ¿Cómo?
Se piensa que la
ciudadanía navarra es tonta y no sabe lo que se esconde detrás de esas
palabras. Lo lamentable es que implica a todos, a militantes y votantes de un
partido vital en Navarra en esa insensatez, en esa canallada, con el silencio
aquiescente de Ferraz, de quienes le rodean en la dirección del PSN y de la
mayoría de sus afiliados.
Haber decidido no
apoyar esa moción de censura evitando un acuerdo con el nacionalismo para un
candidato de consenso que pueda aglutinar la pluralidad de la izquierda en
nuestra comunidad, resulta un nuevo acto de traición a sus ideales y a la
ciudadanía que dicen representar, un acto de cobardía deleznable, de sumisión
al poder de la derecha.
Porque de haberlo hecho
no solo supondría eliminar del poder a una derecha corrompida por tantos años
de ejercerlo, también abriría la ilusionante posibilidad de una experiencia
novedosa que quedó truncada en el 2007, una colaboración enriquecedora y transversal
de las diferentes izquierdas, nacionalistas o no, para llevar a Navarra por
otra senda diferente.
Juan Carlos Longás
además es un candidato idóneo (quizás por eso haya sido propuesto por EH Bildu
y Aralar) para hacer posible ese consenso. Un ciudadano de prestigio, honesto y
con un perfil nítidamente de izquierdas.
Por eso habrá que hacer
desaparecer a estos irresponsables para redirigir al PSN hacia el lugar que
jamás debió abandonar: el de liderar una alternativa desde la izquierda a la
derecha de UPN que gobierna Navarra sin
control los últimos 22 años. Liderarla con un mensaje claro y contundente:
nunca más mamporreros de esa derecha, nunca más vender nuestra dignidad a
cambio de cuatro puestos de trabajo.
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