¿Quo vadis Europa? publicado en DEIA el 12 Junio 2009

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¿QUO VADIS EUROPA?

LOS resultados de las elecciones europeas de este pasado domingo dan para profundas reflexiones, casi todas negativas desde el análisis crítico de quien se siente profundamente de izquierdas, y profundamente europeísta.

La situación previa no daba para ser excesivamente optimista, aunque siempre se ha teorizado con que en época de crisis el electorado tendía a apoyarse en la izquierda, por entender que ésta es más eficaz para superarla sin acometer reformas que puedan dañar un estado del bienestar muy enraizado en la cultura occidental, especialmente en la europea. En esta ocasión, lamentablemente no ha sido así.

En nuestro país además existían otros componentes que las hacían especialmente interesantes, empezando por los casos de corrupción que minaban al PP, sobre todo, en Valencia y Madrid, y que a tenor de los resultados en esas Comunidades no parece que el electorado tenga muy presentes, al igual que ha pasado en otros lugares fuera de nuestras fronteras: el caso de la Italia de Berlusconi es para que se nos ponga la piel de gallina al ver la sociedad que tenemos hoy en día. También se medía quién ha sufrido más desgaste en su liderazgo interno y externo, si Zapatero o Rajoy, y si estas elecciones podían suponer un cambio de ciclo político de cara a las próximas autonómicas y municipales de dentro de dos años. Parece que Zapatero sale más tocado, y contra todo pronóstico de hace apenas un año, Rajoy sale fortalecido, una fortaleza incrementada después de los resultados en Galicia y Euskadi, en este último caso al haber sido el eje sobre el que va a rotar la política aquí en los próximos meses. Ya veremos en qué acaba.

Mención aparte merece lo ocurrido con la nueva marca de Batasuna, Iniciativa Internacionalista, después de un rocambolesco periplo por los juzgados, con decisión inconcebible del Tribunal Supremo, corregida por el Constitucional, y por unanimidad nada menos, lo que deja herido de muerte a Montesquieu y su teoría sobre la separación de poderes. Me cuentan que esa decisión molestó a los batasunos más duros y a sus primos de Zumosol etarras porque podía suponer, y en mi opinión así ha sido, un fortalecimiento para las tesis más políticas en detrimento de las militares. Aunque suene raro, a los demócratas debe alegrarnos que hayan salido vivos de este envite electoral, lo que demuestra que para la defensa de sus ideas el camino más adecuado es ése: la vía democrática, electoral y pacífica. Ojalá esto sirva para que ese debate que en estos momentos se desarrolla en su seno les conduzca a una decisión acertada. Todos, todos, incluidos ellos mismos, saldremos beneficiados... aunque habrá damnificados, políticamente hablando. Al menos en Navarra se aprecia que si estuvieran dedicados sólo a hacer política podrían reventar ese complejo experimento que supone Nafarroa Bai y al que han pasado por encima en esta ocasión. En Euskadi, a la vista de las profundas crisis, y el desgaste que se observa en PNV, EA y EB, la desaparición rápida de ETA permitiría con seguridad un incremento importantísimo en su apoyo social y por tanto electoral. Entre otras razones porque en estos momentos son los que más claro lo tienen en el aspecto ideológico en el seno de las fuerzas abertzales, más aún si profundizan, si les dejan profundizar, en sus raíces de izquierda y progresistas. Habrá que observar con atención lo que ocurra en su interior en los próximos meses y actuar con inteligencia, con audacia y generosidad desde los poderes del Estado, favoreciendo su tránsito de la manera más eficaz posible.

Volviendo a las elecciones, hay que reseñar la burda campaña electoral que hemos sufrido. ¿Hablar de Europa? Nada de nada. Si los ciudadanos quisieran saber qué está ocurriendo y qué debe ocurrir en el futuro deberán de esperar a otra ocasión. Eso en un momento donde el poder de los Estados va pasando lenta pero inexorablemente en esa dirección. No sólo lo concerniente a aspectos agrícolas, ganaderos o pesqueros, sino también los más directamente relacionados con los ciudadanos. Acabamos de presenciar un fuerte debate sobre la jornada laboral y estamos en plena campaña en el aspecto educativo con Bolonia. Pero hay otros componentes que debieran haber salido en la campaña. ¿Queremos un Parlamento de Europa realmente eficaz, que se parezca cada vez más a los que existen en los diferentes países? ¿Queremos una política de defensa, económica, exterior, común? Etc., etc. Pero no, no ha sido así. Hemos tenido la peor campaña que recuerdo, totalmente barriobajera, en la que lo más importante de lo que se ha hablado es de la corrupción, de si utilizan unos u otros los aviones públicos, o si uno lleva 50 ó 60 escoltas. Luego se extrañan de que haya ganado la abstención de un electorado cansado ya de estas historias. Aunque tampoco les debe importar mucho a unos partidos que cada vez más se enfrentan a las campañas electorales con los argumentos que les dan sus equipos de marketing y de encuestadores. ¿Y la ideología? ¿Dónde está, desde planteamientos de izquierda, eso de transformar la sociedad, cuando sólo nos dedicamos a interpretarla? Pero eso da para otro artículo.

La consecuencia de todo ello no sólo ha sido un nivel de abstención histórico, que este sí debiera preocupar a todos, progresistas y conservadores, también un auge de la derecha, incluso un preocupante ascenso de la extrema derecha en algunos países de la UE, que debería hacer reflexionar a una izquierda europea en estado de shock en los últimos años, a falta de ideólogos y de un líder carismático claro (Zapatero podría ser si se lo propusiera, pero para eso debe comenzar por creérselo él mismo). La bajada importante en nuestro país, el descalabro en el Reino Unido, los malos resultados en Francia e Italia a pesar de los dos personajillos que los gobiernan, el retroceso en los países nórdicos y Alemania... nos dibujan un panorama sombrío de cara a próximos años. Años que además van a ser de especial importancia de cara a la Europa que deseamos y que a la vista del Parlamento que ha quedado diseñado después del domingo, no parece que vaya a ir en la dirección del fortalecimiento del estado del bienestar, sino justo en la dirección contraria. Como consuelo, podemos decir que siempre nos quedará Obama, pero eso no basta, por eso desde ya mismo la izquierda europea debe ponerse las pilas y trabajar para que esta marea conservadora del domingo quede frenada al menos en los países de la Unión.

En España especialmente, evitando que lo que nos auguran los catastrofistas, o sea un cambio de ciclo y el final de la era Zapatero, sea sólo eso, un mal augurio, una pesadilla, y la realidad sea que nuestro país camina, y caminará por la senda de la izquierda y el progreso. Que así sea.

Al menos en esa batalla que cuenten conmigo, y aunque por miopía política no cuenten, seguro que estaré en primerísima línea, en el aspecto ideológico, y también en la acción

Comentarios

  1. Me parece que hay un tema muy importante que se te escapa.
    No se puede hacer una análisis completo de las elecciones Europeas sin mencionar tan siquiera la posivilidad de putxerazo, y menos aún cuando existen denuncias oficiales a tal efecto.
    Respecto a la nueva incriminación de II-SP, deberías tener mas cuidado. No creo que a Asturianos, Gallegos, Andaluces, Catalanes, Baleares, Canarios, Castellanos, Vascos, Navarros... les haga mucha gracia esa insinuación que tan baratamente sueles realizar.

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